Tratamiento en consulta de nutrición de enfermedades cardiovasculares y relacionadas con hígado y riñón

La alimentación es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, así como de patologías relacionadas con el hígado y el riñón.
Una dieta adecuada puede ayudar a prevenir y controlar estas enfermedades, mejorando la calidad de vida de las personas que las padecen.
En este artículo vamos a profundizar en el tratamiento en consulta de nutrición de enfermedades cardiovasculares y las relacionadas con el hígado y el riñón.
Además, hablaremos de pautas dietéticas específicas para cada patología y te enseñamos las distintas herramientas que tenemos en Experty para ayudarte en la consulta.
Hígado graso no alcohólico

El hígado graso no alcohólico (HGNA) es una enfermedad hepática que se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en las células del hígado. Esta enfermedad se asocia a menudo con la obesidad, la diabetes tipo 2 y la dislipemia. En muchos casos, no presenta síntomas y se diagnostica por casualidad durante una analítica rutinaria.
El tratamiento de la HGNA se basa en la adopción de hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico. En cuanto a la alimentación, se recomienda reducir el consumo de grasas saturadas, colesterol y azúcares añadidos. Además, se debe aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y pescado azul.
En el caso de personas con HGNA y obesidad, se recomienda seguir una dieta hipocalórica para lograr una pérdida de peso gradual y sostenible en el tiempo. En este caso, la dieta debe estar adaptada a las necesidades individuales de cada persona y ser supervisada por un profesional de la nutrición.
Manejo endocrinológico de la obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un exceso de grasa corporal. Se asocia a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otras patologías.
El tratamiento de la obesidad debe ser multidisciplinar e incluir medidas dietéticas, de actividad física y cambios en el estilo de vida. En algunos casos, puede ser necesario el tratamiento farmacológico o la cirugía bariátrica.
En cuanto a la alimentación, se recomienda seguir una dieta hipocalórica, equilibrada y variada, que incluya alimentos de todos los grupos nutricionales en las proporciones adecuadas. Se deben evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, colesterol y azúcares añadidos, y aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas magras.
Es importante destacar que cada persona es única y, por lo tanto, la dieta debe estar adaptada a sus necesidades individuales. Además, se debe trabajar en la adopción de hábitos de vida saludables a largo plazo para lograr un éxito duradero en la pérdida de peso.
Cálculos renales

El ácido úrico es una sustancia que se produce de forma natural en el organismo y se elimina a través de la orina. Cuando se produce en exceso o no se elimina adecuadamente, puede acumularse en el cuerpo y formar cristales en las articulaciones y los riñones, causando dolor y otros síntomas.
El tratamiento del exceso de ácido úrico se basa en una dieta adecuada y, en algunos casos, en el uso de medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre. En cuanto a la alimentación, se recomienda evitar los alimentos ricos en purinas, como la carne roja, las vísceras, los mariscos y las legumbres. Además, se debe limitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
Por otro lado, se recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasas, ya que estos alimentos pueden ayudar a reducir los niveles de ácido úrico en la sangre. También es importante mantener una buena hidratación y evitar el ayuno prolongado, ya que esto puede aumentar los niveles de ácido úrico en el cuerpo.
Retención de líquidos

La retención de líquidos es una patología que se produce cuando el cuerpo no puede eliminar el exceso de líquidos, lo que puede provocar hinchazón y otros síntomas. Esta patología puede estar asociada a enfermedades del riñón, del corazón o del hígado.
El tratamiento de la retención de líquidos se basa en la adopción de hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y el control del consumo de sal. En cuanto a la alimentación, se recomienda reducir el consumo de sal, ya que esta sustancia puede aumentar la retención de líquidos. Además, se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio, como las frutas y verduras, ya que este mineral puede ayudar a reducir la retención de líquidos.
Dietoterapia en hipertensión arterial: DASH

La hipertensión arterial es una patología en la que los niveles de presión arterial son más altos de lo normal, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El tratamiento de la hipertensión arterial se basa en la adopción de hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y el control del consumo de alcohol y tabaco.
En cuanto a la alimentación, se recomienda seguir la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), que se caracteriza por ser baja en grasas saturadas, colesterol y sal, y rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y lácteos bajos en grasas.
Esta dieta ha demostrado ser eficaz en la reducción de la presión arterial y en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, también puede ayudar a controlar el peso y a mejorar otros factores de riesgo cardiovascular, como la dislipemia y la diabetes tipo 2.
Tratamiento de las dislipemias

Las dislipemias son patologías en las que los niveles de lípidos en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos, son más altos de lo normal. Estos trastornos pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Se pueden clasificar en diferentes tipos según la alteración predominante. Las principales clasificaciones de las dislipemias son:
- Hipercolesterolemia: es el aumento del colesterol total en sangre, generalmente causado por un aumento en el colesterol LDL (colesterol «malo») y una disminución en el colesterol HDL (colesterol «bueno»). Este tipo de dislipemia aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Hipertrigliceridemia: es el aumento de los niveles de triglicéridos en la sangre. Puede estar asociado con otros factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes.
- Hiperlipidemia mixta: es la combinación de hipercolesterolemia y hipertrigliceridemia.
- Disbetalipoproteinemia: es una enfermedad hereditaria poco frecuente que causa altos niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
- Hipoalfalipoproteinemia: es una enfermedad hereditaria que causa niveles bajos de colesterol HDL en sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Sitosterolemia: es una enfermedad hereditaria rara que causa niveles elevados de esteroles vegetales en la sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Pautas dietéticas de protección biliar
La dieta de protección biliar puede ser recomendada para una amplia variedad de pacientes, incluyendo aquellos que tienen una enfermedad de la vesícula biliar, enfermedad del hígado, trastornos gastrointestinales, o para personas que deseen mejorar la salud de su sistema biliar.
¿Qué pacientes pueden beneficiarse de esta pauta?
- Personas con cálculos biliares: una dieta baja en grasas saturadas y rica en fibra puede ayudar a prevenir la formación de nuevos cálculos biliares y reducir el dolor asociado con la enfermedad de la vesícula biliar.
- Pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA): una dieta saludable puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la función hepática en pacientes con HGNA.
- Pacientes con enfermedad inflamatoria del intestino (EII): la dieta puede desempeñar un papel importante en la gestión de los síntomas de la EII y mejorar la salud del sistema biliar.
- Pacientes que han sido sometidos a cirugía de la vesícula biliar: una dieta de protección biliar puede ser recomendada después de la cirugía para ayudar a reducir la inflamación y mejorar la digestión.
