Obesidad y COVID-19
La COVID-19 afecta de distintas maneras en función de cada persona. La mayoría de las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve o moderada, y se recuperan sin necesidad de hospitalización.
Los síntomas más habituales son los siguientes: fiebre, tos seca y cansancio.
Otros síntomas menos comunes son: molestias y dolores, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida del sentido del olfato o del gusto y erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies.
Los síntomas graves son: dificultad para respirar o sensación de falta de aire, dolor o presión en el pecho, incapacidad para hablar o moverse.
Si presentas síntomas graves o conoces a alguien que los tenga, busca atención médica inmediata. Sin embargo, siempre debemos llamar a nuestro profesional de la medicina o centro de atención sanitaria antes de presentarnos en el lugar en cuestión. Lo recomendable es que las personas que sufran síntomas leves y tengan un buen estado de salud general se confinen en casa. De media, las personas que se contagian empiezan a presentar síntomas en un plazo de 5 a 6 días desde que se infectan, pero pueden tardar hasta 14.
Fuente: who.int
Pero hoy vamos a ver algo diferente, cómo es la relación entre la obesidad y la COVID-19, mortalidad, edad, género, etc. Además, también te cuento cómo he vivido la experiencia con mis pacientes y el público general durante el confinamiento de marzo-junio.
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Y, por supuesto, si te gustaría aportar o proponer alguna de tus inquietudes específicas sobre este tema de la COVID-19 y la obesidad o tu experiencia con los pacientes, no dudes en hacerlo.
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